2.11.13

Equivocado o no, aquí estoy, respiro, lato, siento y fluyo. Me converjo en mi mismo, sudo, sangro y grito. Como ya dije antes, el dolor es una persona aparte y lo aniquilo a gusto y placer. Lo golpeo, lo absorbo, lo consumo, lo vomito y si quiero lo vuelvo destruir, o no. Cuando quiero lo saco del bolsillo y lo paseo, sino lo escondo y lo piso mientras río.
De vez en cuando me supera, me posee, y entonces lloro. Pierdo el control, me vuelvo infeliz, contra mi voluntad pero a voluntad, a veces. Si quiero lo evito, o me encierro en el para sacarle un poco el "juguito". Sentir esa amargura, ese sabor que suele dejarte en la boca.
Alguna que otra vez me es necesario recordar que la materia es solo una dimensión, alguna que otra vez me ha hecho cuestionarme sobre mi existencia, pero, ¿acaso no es para eso que existe?.
Aprende a quererlo, abrazarlo, temerlo, aborrecerlo, cargarlo, dejarlo, crearlo y destruirlo.

EnK

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